El tercer trabajo de los tolosarras Glaukoma no es suave y edulcorado como es habitual actualmente. Kalima no la produce la factoría Disney, sino Bonberenea, y el disco es tan seco como pegajoso a la vez, como puede serlo solo la arena.
En nuestras desérticas vidas (¿vamos en una caravana hacia ninguna parte?) el trabajo precario, el espejismo del bienestar, la líquida realidad y el falso amor en tiempos de la red son conceptos desnudados por la Kalima.
En Kalima se puede apreciar el estilo Glaukoma pero con más profundidad, más directo, más seco. La madurez y los días que vivimos queman la alegría juvenil. El mar tampoco es el de la infancia, ya que es el mar del olvido y la muerte.