Cuarteto de cuerda: nos invitan a su futuro
La tarde se empeña en persuadirnos de que es mejor quedarse en casa. Bueno, total, ya las oímos otras veces. Claro, tocarán otro día en la Sala Remacha. Seguro que comprenden que con este temporal… Pero no cedemos a la pereza y vamos al casino, aún somos jóvenes J.
La sala granate y dorada con artesonado del Casino Principal intenta brillar tanto como ellas. Cuatro jóvenes mujeres del siglo XXI: un cello (Irene Ansó), una viola (Alicia Álvarez) y dos violines (Elisa Braco y Saioa Alonso). Dominan ya el arte de las armonías múltiples, armonizan -sin perder la sonrisa ni el norte- llevar los instrumentos en sus cajas siempre protegidos y recorrer la ciudad en bicicleta con el celo a la espalda, los horarios de la villavesa y sus recorridos con el uso del móvil para escuchar tanto a Bach como a Melendi. Armonizan la tarde en el Conservatorio ensayando Mozart y Turina con unas birras por la noche en Jarauta o en la bajera. O el instituto y su globalidad con los estudios de Música y su intensidad. O la lucha por un lugar en el futuro con el arte por el arte y la música por la música, pase lo que pase y caiga quien caiga después.
Quizá no se han dado cuenta, pero, cuando tocan en el cuarteto, lo mismo que sus cuerdas vibran acompasadamente, ellas se acercan y se alejan del círculo que forman como las ondas que al tirar una piedra van y vuelven del centro de un estanque a los extremos y de nuevo al centro y de nuevo a los extremos. Hace poco han llegado con botas de ciudad de alta montaña, pero, al tiempo de sacar los instrumentos de sus cajas aterciopeladas, también han sacado sus tacones o sus manoletinas, según. Tienen muchas cosas en común, además de sus largar melenas. Estudian horas y horas, y pasan por sus mentes tantas cosas, es tan complicada y tan irrenunciable la vida hacia los 17 años. No sé si he apagado las planchas, y tampoco sé qué blusa o camiseta me voy a poner, y mañana el carnaval y aún no he encontrado las gafas de dóndestáwally. Me tenía que haber cortado más las uñas, me van a molestar, y no sé si la resina me la he dejado junto al cargador del móvil, y tengo que mandarle un privado a estos pero me acuerdo luego. Veremos si tengo las fotocopias bien pegadas porque si no siempre hay lío al pasar las hojas en los peores compases. Y quería aún pasar por las rebajas a buscar otro pantalón negro para los conciertos…
A veces piensan que no podrían vivir sin música. Otras que es como una droga con la que mejor no empezar. Estas uñicas… ¿toda la vida a vueltas con las uñicas…? Muchos no entienden que elijan pasar tantas horas estudiando, que no les importen las marcas (la marca de Drácula que dejan el violín y la viola en el cuello), los callos en las yemas de los dedos… ¿Se liga más o menos con una caja de instrumento de cuerda pegada a la espalda, como tortugas siempre con su caparazón? Han elegido no esconderse, ni detrás de los libros ni detrás de los instrumentos de un laboratorio. En directo, con el respetable público siempre al lado.
Siguen entusiasmándose con cada nueva obra para el cuarteto, Mozart, Turina, Beethoven, un tango… Sin dejar de estudiar, en una marea de dudas. ¿Y qué haremos después, a qué Superior, o nos iremos a la universidad, qué será mejor, cuándo se acabará la crisis, podremos hacer frente a estos dirigentes que están saqueando el país como sátrapas y luego atacan a los jóvenes que apuestan por las artes? ¿Tiene sentido en este siglo de crisis inhumana y salvaje seguir con la Música? ¿Podremos ganarnos la vida dignamente, o tendremos que elegir entre ser titiriteros o cambiar de profesión? ¿Y si vamos ensayando ya con los violines electrónicos por aquello de ser versátiles y cosmopolitas? Un cuarteto de cuerda bisagra entre el pasado y el futuro, que derrite las dudas de los adultos sobre la permanencia de la música y el arte en este desvalijado comienzo del siglo XXI, que promete que las aterciopeladas cajas de sus instrumentos seguirán cerrándose y abriéndose todos los días
Buenas tardes mamá. No pareces ser cosciente de la pesadilla en que te conviertes hablando todo el día de tus hijas y amistades. Hay mucha gente estupenda circulando por la vida de la que no te preocupas. Siempre criticando a los demás por lo mucho que se arreglan para ir a los eventos…., no te has planteado que a lo mejor es un homenaje hacia el esfuerzo de los artistas. No te das cuenta de que te pasas el día “pontificando” sobre todo y contra todo lo que se menea.
No estás en poesión de la verdad. Muchas tenemos hijas e hijos que también son estupendos y en los que nunca piensas porque pareces saberlo todo.
Aúpa por todos los jóvenes y por lo que se esfuerzan a pesar de lo difícil que lo tienen.
Hola, Marta:
En primer lugar, tengo que darte las gracias por tu comentario. Las llamadas de atención son muy formadoras, sobre todo si se saben recibir. Así, muchas gracias.
Para seguir, una de las mejores cosas de Internet es la democratización. Cada cual puede escribir lo que quiere. Es fantástico. Y, por otra parte, desde el punto de vista del lector, esa libertad y democracia ha existido siempre (en principio, al margen lecturas obligatorias, que no son el caso), podemos leer lo que queremos y dejar lo que no nos gusta. Es muy fácil.
Se suele escribir sobre lo que se tiene cerca, sobre lo que afecta a uno. Felizmente, yo estoy rodeada de mis hijos y amigos, y además de decenas y decenas de hijos de otros (este curso más de doscientos alumnos). Es muy interesante observarlos y pensar lo maravillosos que serán de adultos, todos ellos.
Buenas
En primer luegar gracias a Consuelo por la entrada y por considerar nuestra actuación y trabajo digno de ella.
Me ha llamado la atención el comentario de Marta y me gustaría comentar algunas cosas. Para empezar, habiéndome leído la entrada detenidamente, no logro encontrar las palabras que dicen que alguna del cuarteto sea hija de Consuelo. Agradezco a Marta y al resto del público haberse arreglado para ir al Casino, pues, nunca me ha pasado, pero imagino que resultaría muy desagradable tocar frente a un público despeinado y con descuidadas vestimentas. Para terminar, me gustaría añadir que gracias a personas como Consuelo que apoyan a músicos (que tan difícil lo tienen, aunque hoy día parezca mentira) y artistas sobrellevamos mejor el día a día. Porque da gusto de vez en cuando recibir una crítica que haga sentir que todo el trabajo, esfuerzo y tiempo, no ha sido en vano.
Una vez tuve el placer de ver un texto mío publicado en este blog (https://ferminmusic.com/blog/companeros/). Se me había ocurrido hablar sobre compañeros de atril en mi pequeña superficie de olas en el inmenso mar surfeable de la red, y me pidieron permiso para ponerlo aquí. Hoy recuerdo aquel texto. Como estas cuatro chicas, yo toqué en el Casino con mis grupos de cámara. Como ellas, estudié en el Conservatorio Pablo Sarasate de Navarra. Y recuerdo el texto porque pude sentir la unidad de un grupo al verlas tocar el otro día. Los principios piano casi imperceptibles de Mozart que crearon un silencio absoluto en el público, los pasajes dejados en segundo plano para dar protagonismo a los solos de las compañeras, los unísonos imponentes del torero asustado de Turina, el hecho de atreverse con música programática en esta época en la que a todos nos gusta el clasicismo y los románticos y la música moderna se utiliza de banda sonora de películas de terror. Me hicieron sentir el clasicismo despreocupado de un Mozart casi al margen de las leyes físicas en las que vivimos. Fuy un torero asustado delante de un traje de luces radiante que dudaba si ponerme o no. (el cuarteto interpretó la Oración del torero de Turina)
Después del concierto del viernes, me parecen un buen ejemplo de jóvenes que luchan por el futuro incierto que se asoma entre la niebla del presente. Y este es un buen sitio para caras de jóvenes músicos navarros, sin duda.
Yo, como amante de la literatura en que me convertí sin darme cuenta de ello y, ya que eso me hace inspirarme en lo que me rodea para crear literatura y aprender, poco a poco, que todos los personajes y obras son parte del autor (Poeta en Nueva York surgió porque Lorca estuvo allí, el señor Alonso Quijano estuvo preso en un mundo novelesco, Machado dejó casi una biografía en sus poemas…), te agradezco estos pasajes de música de palabras que nos compones de vez en cuando, recordándonos que fijarse en lo que nos rodea suele dar razones para seguir luchando por la música, por el futuro.
(Da capo y repetimos hasta la coda)
No hay peor ciego que el que no quiere ver. No hay peor sordo que el que no quiere oir. Cada loco con su tema y cada iluso con su ilusión.
Te doy las gracias porque tanta felicidad me desborda.