En la historia visual que ha construido para ilustrar la canción asistimos a un frenético e inquietante thriller en el que un personaje protagoniza una agónica huida acechado por sus perseguidores.
“De alguna manera nos representa a todos porque, al fin y al cabo, ¿quién no esconde algún demonio o conflicto en su interior? Sin perder el ritmo y con el concepto de persecución como premisa traté de jugar con ambigüedad y deconstrucción, representar la confusión y lo irracional, lo oscuro y lo humano, dejándome llevar por lo formal y por lo narrativo a partes iguales. Una inquietante mezcla entre paranoia y deseo, un conflicto entre la razón y el instinto, así definiría el videoclip”, relata el director.
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