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Los sanfermines, un valor que transmite quien sabe

Hace unos días recibí por mi cumpleaños #Lamejorfelicitaciondelmundo, me la mandaba mi hija de una forma muy especial, es lo que tienen las nuevas tecnologías, se le ocurrió felicitarme a través de un vídeo colgado en Youtube dentro de la guía del buen Sanferminero. Una buena amiga lo vio y pensó que merecía un comentario así que lo escribió y me lo envió. He decidido compartirlo con todos porque me parece genial, como todo lo que escribe, y ya de paso pongo también el vídeo, por si alguno no sabe a cual me refiero.

Gracias Consuelo.

Peio Etxarri

Los padres nos empeñamos en transmitir valores a los hijos. (“¿Eso te hemos enseñado en casa?” “¿Eso has visto en casa?” “¿Eso te enseñan en tu casa?” podemos oír decir aún hoy en día.)

Cada uno los suyos, los valores. Y costumbres, sanas costumbres. Puede ser ir a cazar o a pescar, coger caracoles, el aprecio por las corridas de toros, ir a misa, cambiar todas las semanas las sábanas, celebrar los cumpleaños, hacer o no hacer regalos, guardar un poco para el día de mañana…. Ir al monte, hacer deportes, madrugar, comer sanamente, respetar el mundo, apreciar el bienestar y el orden, poner música en casa, comer con la tele apagada para poder charlar… Hacer punto de cruz, pintar, leer, hacer fotografías, contar chistes, tener un perro y/o animales (más o menos) domésticos en casa, plantas y flores…

Pero no es tan habitual que inculquemos a nuestros hijos la pasión por una fiesta y, más concretamente, los sanfermines. No parece ni serio ni productivo ni inculcable. (¿Se imaginan? Una encuesta del cole, o para aceptarte en un nuevo empleo. Pregunta: “Cite algo especial y destacable que le hayan enseñado en su casa.” “A vivir intensa, amigable y sanamente los sanfermines.” ¿?)

Y, sin embargo, puede ser algo que nos aporte muchos momentos de felicidad, gozo individual y también y muy a menudo compartido. (“Vente a Pamplona en San Fermín, que hemos aprendido a vivirlos muy bien, y siempre tenemos hueco para un amigo más.”)

Es un motivo de orgullo, como padre, haber enseñado, o que los hijos hayan aprendido con nuestro ejemplo, a vivir muy muy muy bien los sanfermines. Entre otras cosas porque es tan fácil y tan común vivirlos mal… ¿Qué significa esto de vivir bien los sanfermines? Pues… respuesta tonta: lo contrario de vivirlos mal. Aclaración no tan tonta: no supone beber hasta ponerse mal y resultar desagradable, no implica gastar dinero a montones, no significa ir a todos los actos oficiales ni completar todo el programa oficial (ni siquiera los alternativos).

¿Qué sí significa enseñar y aprender a vivir bien los sanfermines? Significa cultura, raíces y alas para vivir, pasión compartida, emoción. Es aprender poco a poco a disfrutar de los diferentes tonos y ritmos de la fiesta, descubrir los rincones de la bella Iruña donde en determinado momento cantan una jota, o un bertso, o suenan el txistu o la gaita, o comparten tortillas de patatas, o un sudafricano toca ritmos étnicos, o salen con bombos, o celebran un concurso de bandas, o hay caldico, o actúan los payasos, o podemos escuchar jazz… Callejear sin reloj dejando que la emoción aflore, aprender también a echarlos de menos y desear que lleguen durante el resto del año, cultura que se cultiva como los huertos y los jardines. No lo sabe hacer cualquiera. Hay que aprenderlo. Y es más fácil teniendo un buen profesor.

Consuelo Allué

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